jueves, 11 de abril de 2019

HALF SEVILLA




SALVAR LOS MUEBLES EN SEVILLA
          Y muy bien salvados, para venir de donde vengo, empezando a entrenar desde cero la carrera en febrero por el dichoso talón de Aquiles y las condiciones climatológicas en la bici.

         Tras hablarlo bastante con mi mujer decidimos ir el viernes por carretera con los pequeños. El que haya viajado con dos niños de unos 3 y 7 años durante mas de 5 horas por carretera, donde la primera media hora ya te están preguntando, "¿y cuando llegamos?" me entenderá, primera prueba mental del fin de semana. Espero que Asuntos Sociales no intervenga pero tiré de Tablet mas de hora y media... Sin embargo, estar la noche previa a un medio ironman en la habitación del hotel con la familia ayuda y mucho, no te deja pensar más de lo que debes en la prueba y descansas mejor, sin duda.

         Pues eso, de camino a la Ciudad del color especial, del sol y del cachondeo me paré a quitar el cubrebicis porque me daba la sensación que cortaba el aire demasiado y podría tener un disgusto. Todo el camino lloviendo y con fuerte viento, la bici, que me la había dejado tan limpia, engrasada y ajustada Manu, como siempre, para nada. Llegamos al hotel, nos dieron una habitación super grande, cenamos y a la cama, terminamos de ver la peli de dibujos y a mimir.

         Por la mañana tomamos el desayuno en el buffet, en familia y junto al resto de miembros del equipo, con los que dialogo de como y cuando comer ya que nos tirábamos al Guadalquivir a las 15:30 horas. Yo hago un desayuno muy yankee y rico en hidratos para luego a las 13:00 comerme un montadito de tortilla y pavo, una hora antes de la prueba un plátano y antes de entrar al agua un gel ideal para antes del ejercicio físico, el cual ya probé en un entreno fuerte y me vino bien.

          Voy a zona de boxes sobre las 11:00 a recoger el dorsal junto a mis compañeros "Rubiki" y "Kikov", primera visual de la zona y para el hotel a pegar dorsales y preparar material, aunque antes debía pasarme por el coche para coger la garrafa de agua. Menuda sorpresa tenía preparada cuando llegué al vehículo, en forma de charco de cristalitos. Me reventaron por la noche la ventanilla del copiloto para abrirme el coche y revolverme todo, había cristalitos hasta en las sillas de las criaturas. Hay que ser mala persona, porque no se llevaron nada, ni un chubasquero, ni cds, ni el portabicicletas de tres que tenía en el maletero, ni documentación, ni nada. Bueno, tras el momento de crisis, suavizado gracias a la presencia de estas dos maravillosas personas, la parejita, "Kiko" y "Rubi", llamo al seguro, me ponen con la famosa casa de lunas más cercana, donde nos tratan de maravilla y debido a las circunstancias lo arreglan super rápido. De este trámite se encarga mi Santa señora junto a los niños para poder preparar el material de la prueba. Menos mal que al final decidimos venir todos...

          En la zona de guardarropa nos ponemos el neopreno a eso de las 15:00 horas tras dejar el material de las transiciones en las mini cestitas que nos dejan que hasta los oficiales de la Fetri se quedan locos, y más lloviendo que necesitamos más ropa, dejar las zapatillas de la bici para ponerlas secas y demás. En la cestita dejo ropa seca en bolsas cerradas herméticamente con sus toallas respectivas ya que nos vamos a mojar pero se agradece empezar seco al menos cada disciplina. Mientras nos ponemos los neoprenos vemos como la intensidad de la lluvia se va incrementando aunque a la hora de meternos al agua baja bastante. En ese momento estar mojados nos daba igual, ya que nos íbamos a meter a las "ricas" aguas del Guadalquivir, si, digo ricas porque le di un par de buenos tragos involuntarios, y de sabor no anda mal el rio "andalú", me voy a hacer "cataor" de aguas de río y charcas varias.
     
  El agua se me dio mas menos bien teniendo en cuenta que nunca ha sido mi fuerte, la temperatura de unos 18 grados, ideal para nadar, pues disfruté que es lo que siempre intento y no recibir muchos golpes es también importante, y así fue, me llevé un par de toques y poco más, no me sentí especialmente agobiado. El recorrido bonito, por un lado arboleda y por el otro edificios de la ciudad de Sevilla, pasando bajo el puente del Alamillo y con gente animando desde las orillas, es lo malo que tiene el mar, que nadie puede verte, vamos que para lo que hay que ver tampoco... mencionar el detallito de tener que subir en la mitad del recorrido un pantalán tirando de brazos y volvernos a tirar, estuvo gracioso estrenar el nuevo neopreno arrastrándome el pecho por la madera, que por cierto fui bastante cómodo.

          Primera transición, la transición de las dudas aunque yo lo tengo claro, de hecho nado por primera vez con la parte de arriba del mono bajado, una por tener menos freno en los hombros y sobre todo para secarme y ponerme más rápido la térmica. Me costó unos minutos poder meterme la camiseta con la piel húmeda a pesar de que me sequé bastante, me subo la parte de arriba del mono y me pongo un cortavientos, llamarme exagerado pero soy bastante más de calor que de pasar una gota de frío. Y a pesar de que la mayoría de gente iba tan solo con el mono yo no pase nada de calor y en las zonas de granizo, si, de granizo a saco, las capas de ropa me evitaron algo de dolor, no quiero pensar las que pasaron los que iban sin nada, bueno si, Kiko tenía muestras, moratones por los brazos.

          No sólo hubo granizo y agua sino como es lógico en cualquier tormenta, muchísimo viento donde en un momento dado nos mandó a mi y a todos los que tenía a la vista a la orilla izquierda de la carretera, fue una auténtica batalla física y psicológica en la parte de la bici, había zonas con riadas donde había que tener mucha precaución. Desde el kilómetro 70 fui a menos ya que tenía dolor de espalda y a pesar de haber comido y bebido como hago habitualmente en entrenamientos y competición, sufrí de ácido láctico en las piernas, unos pinchazos bastante continuados que no me dejaban ir a buen ritmo. Llegando a boxes, pasando de nuevo por el parquecito dichoso, por un camino con, no curvas, sino esquinas super cerradas y zonas de empedrado, estaba mi amada familia animando pero no me vieron ya que iba con el cortavientos y no me supieron distinguir.

          Finalizado el sufrimiento de la bici que sólo disfruté la primera mitad del recorrido me bajo de ella con unas ganas tremendas, la cuelgo, me quito toda la ropa extra y me dispongo a correr con calcetines secos y visera por si llueve y no moleste el goteo en los ojos.
         Siento que comienzo a correr demasiado deprisa porque voy adelantando gente muy "parada" y pienso, como siempre, si lo pagaré. Fui muy a gusto hasta el kilómetro 10 que encuentro un Clavería (gracias "Aguado") que prácticamente va a mi ritmo y con el que intento aguantar. Consigo ir a su "rueda" todo el camino, no sin un esfuerzo extra ya que había momentos que subía algo el ritmo y ya si que temía seriamente tener una pájara antes de llegar a meta, llevábamos un ritmo de poco más de 4 minutos el kilómetro. Llegando, a un kilómetro más o menos, creo distinguir un Ironness y según me voy
acercando a él veo que es "Moha", le digo al chaval del Clavería que no le quiero esprintar pero que quería llegar a la altura de mi compañero y a 100 metros esprinto hasta llegar a mi gran compañero "Moha" con el que entro en meta con un tiempo de 5:09, tiempo discreto pero como ya digo en el Título de esta nueva chapa, era un día para salvar los muebles.

          ENHORABUENA a todo el equipo, Boss ganando en su categoría, esta intratable, Cónsul con su super clase, Moha con su humildad, Kiko que está medio lesionado y como fue en la bici el tío, Antuan con su capacidad de sufrimiento y Rubiki que da envidia con la filosofía que se toma todo. Felicidades a la organización, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y voluntarios que sin ellos todo esto no se podría llevar a cabo y gracias a los pueblos y sus gentes por los que pasamos.
          MIL GRACIAS al amor de mi vida, a mi compañera, amiga, oxígeno, pilar y a mi princesa, mi diablillo y a los 4 abuelos que sin ellos no podríamos hacer nada. Gracias también a mi mecánico preferido, Don Manuel, de LEGANES BIKE y a mi fisio maquinón, que estoy a ver si le engaño con el tri, Don Gerardo, de CLINICA FUTTURA.